¿Sabes que para hacer pan solo se necesita agua, harina y sal? ¿Sabes que prácticamente cualquier pan de supermercado tiene al menos 5 ingredientes químicos, los famosos E? Sí, aunque sea integral o de cereales o rustico…
Para la medicina y cocina Ayurveda no solo es importante lo que comemos, sino que también es vital cómo ha sido cocinado. La comida es algo importante, no un mero trámite que se puede solucionar metiendo una bolsa en el microondas. Sin embargo vivimos en una sociedad donde el consumo de comida precocinada, congelada o enlatada está aumentando a marchas forzadas. Y no es casual que la obesidad, el colesterol, las alergias alimenticias, la diabetes o el estrés también aumenten sus cifras. La relación entre ambas cada día está más documentada y demostrada.
Las propiedades de los alimentos tienen cambios importantes según el trato que les demos, esto es algo que se tiene muy presente con la cocina Ayurveda. Y esto ocurre por tres causan principales:
En primer lugar, hay nutrientes tan sensibles, como pueden ser ciertas vitaminas o aminoácidos, que se destruyen a los pocos minutos de que el alimento es manipulado, o con altas temperaturas… Por ello, es fundamental saber que la comida va perdiendo propiedades una vez cocinada. Si a los pocos minutos de cortar una naranja, parte de sus nutrientes se han “oxidado” y por lo tanto desaparecido, ¿te imaginas qué vitaminas puede tener un zumo de tetrabrik industrial? ¿Crees que realmente no tienes tiempo para exprimir una par de naranjas?
En segundo lugar, no podemos olvidar que todo alimento precocinado, enlatado o congelado (salvo pequeñas excepciones), tiene una carga extra de conservantes y todo tipo de “mejorantes” alimenticios. Estos, lejos de nutrirnos, nos aportan elementos que resultan extraños al cuerpo y sobrecargan la digestión y los procesos de eliminación. Por lo tanto, al tomar estos alimentos estamos reduciendo de forma significativa nutrientes, y a la vez ingerimos química. Aunque solo sea por curiosidad te animo a leer los ingredientes de una simple barra de pan. ¿Sabes cuál es la diferencia entre un pan artesano que solo tiene agua, harina y sal y un pan industrial? El tiempo y el cuidado que pone un auténtico panadero para ofrecernos un ALIMENTO de calidad, en vez de una barra de plastilina.
Otro aspecto importa es la actitud que tiene la persona a la hora de cocinar, el por qué y el para qué cocina. El famoso “amor” que suelen añadir las “madres” a los guisos, también tiene su influencia, también aporta un plus de calidad y cuidado sutil, que aunque no se pueda cuantificar como otros nutrientes, sí se puede percibir. Es importante recuperar un tiempo para nosotros mismos, un tiempo para cuidarnos y nutrirnos; es importante desterrar las prisas de la cocina. Nos merecemos una cocina a fuego lento que podamos saborear despacio. Y nuestra salud física y mental nos lo agradecerá.
Por todos estos motivos es importante que cocinemos nuestros alimentos a diario. Es mucho más fácil y rápido de lo que crees. Con pequeños cambios en tus hábitos y aprendiendo ciertos trucos a la hora de cocinar, puedes preparar platos sanos y por supuesto mucho más sabrosos en pocos minutos. Tu salud, tu vitalidad y su paladar te lo agradecerán.
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No te pongas excusas; alimentarte bien, de forma sana y sabrosa no requiere tanto tiempo ni tanto dinero como muchas veces piensa la gente. Además, no hay mejor inversión para tener una salud plena que te permita disfrutar de la vida.